Ubicada en Rancho Avándaro, el proyecto responde a la premisa de maximizar las vistas al exterior, asegurando al mismo tiempo la privacidad. Para lograrlo, la casa se abre hacia el paisaje al poniente, privilegiando la entrada de luz natural y la conexión con el entorno, conservando los árboles existentes e integrando un antiguo canal de riego a cielo abierto. El jardín refuerza la integración al terreno mediante especies como olivos y helechos, además de implementar estrategias climáticas que optimizan el confort

El programa se distribuye en tres volúmenes combinado cubiertas planas y a dos aguas, que albergan las áreas de descanso, las zonas sociales y una terraza cubierta. El volumen central concentra el área pública; con la doble altura lograda por la techumbre se genera un espacio generoso con vistas hacia el oriente y el poniente. Este núcleo se articula con el ala de habitaciones mediante un pasillo acristalado, y cuenta con dos niveles que alojan cuatro habitaciones.

Materialmente, se distingue por el uso de piedra labrada, colocada a hueso en exteriores y junteada en interiores, así como el uso de vigas y duela de madera en los plafones. El diseño interior mantiene tonos claros en maderas, reforzando la continuidad visual en todos los espacios.